Con la nueva generación de consolas nunca se sabe si se va o se viene, y cada alegría hay que tomársela con la suficiente distancia antes de que la decepción golpee fuerte. Aún más cierto en el caso del genero de conducción, especialmente si tenemos en cuenta los antecedentes de unos Forza sin nada sorprendente en sus últimas entregas o de un Driveclub a medio camino de lo que prometía. .
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