Escaparate de las políticas neoliberales, las privatizaciones en los Juegos acaban saliendo caras al contribuyente. Si en Londres el Ejército tuvo que auxiliar a la empresa encargada de la seguridad, cuatro años después pasará lo mismo en Río. El modelo olímpico de iniciativa público-privada del alcalde de Río, Eduardo Paes, parece ser algo peor para el contribuyente que el modelo alternativo privado/privado de Atlanta 1996. Los mega eventos son el pretexto para forjar una nueva relación entre el estado y las grandes empresas privadas.
|
etiquetas: jjoo , privatizaciones , rescates