El pobre animal lleva dos meses abandonado y enfermo. Aparentemente, tiene la sarna, con el cuerpo «en carne viva». Se avisó hace dos meses de su presencia, pero sigue por el barrio, pese al temor de los vecinos, porque podría ser portador de enfermedades. Los vecinos añaden que el perro supone un «peligro» una vez que anda por la carretera e incluso un vehículo ya le dio un golpe. «El pobre animal da pena», explica una mujer, «cuando sale para fuera, le echo agua caliente y lejía a la pared y a la puerta, por temor a una infección».
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