“Es muy grande el mal que me han hecho”, repite Lucía entre sollozos. Una notera de un programa de la televisión argentina grabó su testimonio sin que ella supiera, después de negarle que la cámara estuviera prendida y le desnudó obscenamente el alma y las miserias ante miles de televidentes. Lucía tiene 77 años y hace seis se encuentra en situación de prostitución. Su familia, sus hijos, sus nietos, no sabían que ella se encontraba en esa situación. Después del programa no la han llamado ni la han ido a ver. ¿Quién va a pagar el daño?
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