El 29 de octubre de 2008, los diplomáticos del Consulado de Estados Unidos en Jeddah, en la costa oeste de Arabia Saudí, asistieron a una fiesta de Halloween en la residencia de un príncipe de la familia Al Thunayan. Días después, un cable confidencial del consulado, el 235420, detallaba a la Secretaría de Estado, a la CIA y a otras agencias y embajadas, cómo los jóvenes saudíes conseguían esquivar la ley islámica y darse a los "pasatiempos carnales".
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