Puede venir cuando menos lo esperamos, cuando estamos felices jugando nuestro juego favorito y trabajando con diligencia en el informe para mañana. Entonces, de repente, cuando estamos a punto derecho a guardar nuestro progreso, el demonio azul aparece, te mira fijamente a la cara y le dice que algún tipo de error grave, no recuperable ha ocurrir. Puedes llorar, maldecir o jurar, pero nada va a cambiar el hecho de que su trabajo duro ha ido todos a la fuga.
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