Jack Robison, juez del condado de Comal, en Texas, interrumpió las deliberaciones del jurado en una acusación de proxenetismo de adolescentes para comunicarles que Dios le había pedido que declarasen inocente a la acusada, Gloria Romero Pérez: "Cuando Dios me dice que tengo que hacer algo, lo hago", les dijo. El jurado, sin embargo, se negó a seguir la sugerencia de Dios por boca del juez y emitió un veredicto de culpabilidad en el caso de proxenetismo aunque la absolvió por compra de niños. La condena conlleva una pena de cárcel de 25 años.
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