Un padre apuñalado, una madre y una hermana en paradero desconocido y una orden judicial que le obliga a regresar a su antigua tierra, en Sierra Leona, a pesar de residir en Inglaterra desde 2003. Así es la vida del joven Alhassan Bangura, 19 años. Juega al fútbol en el Watford, un equipo de segunda división, y su condición de refugiado carece ya de validez en el país de acogida. "Allí no estaré a salvo. Si vuelvo, algo me pasará, alguien me acuchillará" -Declaró Alhassan.
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