Los militares repartieron «1.500 subfusiles de asalto» entre familias cristianas que también pudieron solicitarla en la comisaría más próxima. Las 2 condiciones eran haber cumplido el servicio militar y el compromiso de no sacar el arma de casa sin necesidad. «Esto es nuevo en Damasco y se ha extendido a las aldeas rurales donde operan milicias cristianas que apoyan al Ejército en la protección de las comunidades», asegura Abu Paul, «tenemos miedo de los salafistas y Occidente, en vez de ayudarnos les da dinero para asesinarnos como en Iraq"
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