Parecían tener todo para ser un éxito. Estaban basados en otros productos tecnológicos cuya experiencia previa permitía andar sobre seguro. Había un área de actividad ya abonada. Tuvieron recursos para lanzar fuertes campañas de marketing. Y, sobre todo, contaban con el respaldo de una de las grandes operadoras del sector de las telecomunicaciones, Telefónica. Pero acabaron resultando un fiasco.
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