La última vez ocurrió el 3 de mayo en Mataró. Un joven de gran corpulencia, después de enterarse que había suspendido el examen para conducir motos, agarró por el brazo al examinador y le amenazó con un cuchillo. «Ya he estado en la cárcel y me da igual pinchar a uno más». «Siempre hemos recibido críticas e insultos, sabemos que vienen con el empleo, pero no las agresiones, y cada vez hay más», señala Joaquín Jiménez, presidente de la Asociación de Examinadores de Tráfico.
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