Berlusquini y Campsino serían hoy el asombro de Europa, si Europa no fuera ya una vieja alcahueta moralmente artrítica e incapaz de sorprenderse y, por qué vamos a negarlo, poco autorizada para repartir lecciones de ética entre sus pintorescos gobernantes. Aquí, quien más quien menos se ha paseado en yate con un sátrapa de los medios de comunicación y traficante de armas a la vez -véase Sarkozy-,...
|
etiquetas: maruja torres , europa , decadencia