El topo lampiño es rosado, arrugado, y casi completamente ciego. Pero durante décadas sus atributos físicos han fascinado a los científicos porque, a diferencia de la mayoría de las especies de roedores -que sólo viven unos cuatro años-, el topo lampiño puede llegar a vivir 30 años. Además, ninguno de los ejemplares que hasta ahora han sido estudiados por la ciencia ha muerto de cáncer, una enfermedad que es muy común entre las ratas y ratones envejecidos.
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