Alabar a Marx puede parecer tan perverso como hablar bien del Estrangulador de Boston. ¿No condujeron sus ideas al despotismo, al asesinato masivo, a campos de concentración, al desastre económico, a la opresión de millones de hombres y mujeres? Lo cierto es que Marx no fue más responsable de las monstruosidades del mundo comunista de lo que Jesús lo fue de la Inquisición. Terry Eagleton, quizá el mayor crítico literario británico vivo, reflexiona en este artículo sobre la vigencia del marxismo en tiempos de la globalización. En inglés.
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