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El difícil arte de la propina

Dejar o no dejar propina. He ahí el dilema. El desconocimiento de los usos locales puede poner al viajero en una situación embarazosa al pagar la cuenta de un restaurante. Por ejemplo, cuando el maître, hasta hace nada todo simpatía, suelta un gélido: "Monsieur, le service n'est pas compris". O frente al empleado de hotel que acaba de subir las maletas a la habitación y se demora encendiendo y apagando luces mientras tú buscas inútilmente un euro en el bolsillo (si no tienes suelto, no te avergüences y dile que te traiga el cambio).

| etiquetas: difícil , arte , propina , viajes
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menéame