En cuestión de actitud profesional, los buenos viejos tiempos parecen aquellos en los que Kirk Douglas pedía trabajo en El gran carnaval: “Soy un periodista de 250 dólares a la semana. Se me puede contratar por 50. Conozco los periódicos por delante y por detrás, de arriba abajo. Sé escribirlos, publicarlos, imprimirlos, empaquetarlos y venderlos. Puedo encargarme de las grandes noticias y de las pequeñas. Y si no hay noticias, salgo a la calle y muerdo a un perro. Dejémoslo en 45”.
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