El acusado, un ciudadano británico que ejercía como profesor particular de lengua inglesa, se le considera responsable penal de ocho delitos de elaboración de pornografía infantil, un delito contra la integridad moral, treinta y dos delitos de descubrimiento y revelación de secreto y un delito continuado de falsificación de documento oficial, así como a indemnizar a los progenitores de las menores víctimas de sus delitos en cantidades que oscilan entre los seis mil y los tres mil euros.
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