Asistimos entre estupefactos e indignados al expolio que el mundo financiero ha realizado y continua realizando con total impunidad, pero mantenemos la esperanza en que la justicia acabe reaccionando. Por desgracia la experiencia es justo la contraria. Tres ejemplos. Presidente de un gran Banco, “presuntamente”, comete un delito continuado de falsedad en documento oficial, tres delitos continuados de falsedad en documento mercantil y otros 30 contra la Hacienda Pública. Resultado, se archiva la causa por “irregularidades en el proceso”.
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