Erase una vez un árbol racista. En lo alto de una colina, divisando el pueblo, el árbol racista creció sobre un campo de tréboles. Los niños solían visitarlo durante las horas de sol y le pedían manzanas, y el árbol racista sacudía sus ramas y dejaba caer las deliciosas frutas rojas. Los niños comían muchas manzanas y jugaban bajo la sombra de sus racistas ramas.
Enlace en Inglés. Traducción en #1.