El trabajador fue trasladado hace unos días de Madrid, donde tiene su domicilio, a La Cistérniga (Valladolid). «No puede gastar ni un euro porque mi casa y mi familia están en Madrid, pero tampoco puedo dejar el trabajo, aunque no cobre, así que llevo desde que me mandaron aquí durmiendo en mi propio coche», explica Manuel Felipe Ovalle, el operario de 47 años. Es la única forma de no gastar aún más de lo que no tiene.
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