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Los caballos comprenden mejor a los humanos cuando se les habla como a un bebé

Para evaluar mejor el impacto de este lenguaje, los etólogos desarrollaron dos series de pruebas con veinte caballos que aún no habían estado expuestos a "conversaciones de bebé"

| etiquetas: caballos , bebé
#1 Y poner una voz ridiculamente atiplada.
El hombre que balbuceaba a los caballos.
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Algunos humanos también.
Pues a mí hace muuuuuchos años, viejo que va siendo uno, se me encabritó una yegua y juro que así tuve que tratarla, sin saber de equinos ni media. Iba de acompañante de otros que sí sabían y al final me convencieron de subirme y en mala hora. No me caí agarrándome al cuello con todas mis fuerzas y comencé, y que se ría todo el que quiera, señal de que no habrá vivido lo que es verte sobre un pedazo de animal así que se te pone casi en la vertical, pues justo de esa manera, a acariciarla,…   » ver todo el comentario
#6 Perdón, ¿pero sueles hablar a los bebés con tu cabeza pegada a su oreja, con voz de caramelo, y diciéndole bondades...? Ni que fueras obispo. :troll:
#8 ¡Ja, ja, ja! Pues lo mismo iba para monaguillo, ya ves, pero se me acabó la vocación de golpe y el Señor me llamó por otros caminos. ¡Ja, ja, ja!
¿¿También hay que hacer el avioncito para que se coma el heno de los cojones??
Los equipos del Inrae habían ya demostrado en otro estudio que los equinos son capaces de reconocer expresiones de un rostro humano. Por lo tanto, los caballos se ponen más nerviosos ante una expresión de cólera y más tranquilos ante una de alegría.

Seas animal o humano se agradece que te hablen con cariño. :-*
¡Ay mi Babieca guapo! ¿donde está mi caballito? ¿quién se va a comer todo el pienso? oyoyoyoyoyoyyo

Yo pensando ahora en El Cid
Yo conocí a una dueña/maltratadora de picadero que discreparía, de chaval estando de campamentos nos llevaron a montar y mi yegua decidió que no quería seguir caminando, ni rogando, ni azuzando, ni tirando quiso mover el culo, hasta que llegó la tipa aquella y le arreó una patada en la ingle al pobre animal tan fuerte que echó a correr conmigo encima intentando no caerme. Última vez que monté y prometo no volver a hacerlo.
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menéame