La corrección política ha hecho que sea mal visto hablar de las bases biológicas de la conducta, y mencionar el dimorfismo sexual ya es blasfemia y anatema en ciertos círculos. Es el regreso de la absurda idea de la tabla rasa, en esteroides. Pero que haya ideas incómodas para algunos no hace que estas sean automáticamente falsas (o verdaderas) — eso lo determina la cantidad de evidencia que las sustente. Y en el caso del dimorfismo sexual (o sea, cualquier rasgo o comportamiento que difiere entre los sexos), la evidencia abunda: hombres y...
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