La temperatura del agua actúa como un sustituto a las compañías, según un estudio realizado en la Universidad de Yale y publicado en el periódico The Telegraph. La investigación también constató que las personas que prefieren ducharse con temperaturas altas están deseando espantar la soledad. Cuanto mayor es el sentimiento de aislamiento, más tiempo la persona se queda en el baño y más caliente es el agua. El estudio indicó que las experiencias físicas calientes reducen significativamente el sufrimiento ante la exclusión social.
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