En unos momentos en que la alarma social y la indignación popular por los desahucios está en su máximo apogeo, las entidades financieras buscan datos que les salven del estigma. La mayoría habla de refinanciaciones realizadas, pero pocas se atreven a cuantificar a cuántas personas han echado de sus casas por no pagar la hipoteca. Salvo el Banco Popular, cuyo presidente sí le puso número: cero.
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