El artículo muestra el caso de una persona asmática que probó uno tras otro todos los medicamentos y tratamientos posibles sin que ninguno se mostrase eficaz. Entonces se enteró de la existencia de un gusano que infecta al cuerpo humano, el anquilostoma, provocando una desagradable pero relativamente beninga enfermedad: la anquilostomiasis, conocida en el mundo médico porque es incompatible con el asma. Pues bien, el paciente decidió infectarse a sí mismo, contrayendo la anquilostomiasis pero solucionando el asma.
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