A punto de convertirse en padre, este cocinero que trabajó incluso un año en París, volvió a Cádiz el verano de 2011 pensando que habría trabajo en la hostelería en esa época, “como siempre”. Pero se equivocó y pasó el verano, el otoño y “no encontraba nada”. Sin ayudas, con una niña en camino y viviendo con seis personas en casa de su suegra con la pensión de la abuela, no vio otra salida que convertir el contenedor en su puesto de trabajo.
|
etiquetas: precariedad , jesús pardal , cádiz