El ‘secuestro legal’ de Alfon es un escándalo social y político. Pero mientras los grandes medios de comunicación y el principal partido de la oposición guarden silencio, el Gobierno podrá seguir en su estrategia de ‘batasunización’ de quienes han decidido plantar cara en las calles al derrocamiento del Estado del Bienestar. Es necesario que el caso de Alfon se instale en el debate político nacional e internacional.
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