De gustibus non est disputandum: sobre gustos no hay nada escrito. "A mí también me gusta la cocaína y las niñas de 15 años y sé que eso no está bien", decía el profesor de una amiga tratando de explicar en clase la diferencia entre lo que nos gusta y lo que es bueno. Al igual que cuando nos ponemos enfermos no vamos a un chamán, sino a un médico, nosotros hemos acudido a un experto en literatura para que nos diga por qué, independientemente de que Crepúsculo guste o no, es objetivamente mala. Algo que en cierto modo ya sabíamos...
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