Dejar el cargador enchufado, incluso cuando no está cargando un dispositivo, consume una pequeña cantidad de energía, conocido como “vampiro de energía” o “carga fantasma”. Aunque el consumo es mínimo, se suma con el tiempo, incrementando innecesariamente tu factura eléctrica. Este desperdicio constante de energía no solo afecta tu bolsillo, sino que también tiene un impacto ambiental, contribuyendo al uso innecesario de recursos.