...lo que quería escribiendo esto que escribo es simplemente eso: solidarizarme con Irene Montero, Pablo Iglesias y su familia y romper aquí, en este diario y en la parte que me toca, el silencio injusto que estos días los ha acompañado. Injusto, digo. Y también, qué quieren que les diga, extraño. La amenaza ultra, sea contra quien sea, no va a parar. Al menos hasta que los fascistas gobiernen en este país. Por eso cualquier silencio frente a esas amenazas me parecerá injusto, además, claro está, absolutamente inexplicable. Pues eso.