Por ahora, nadie quiere abrir el Gobierno a la ultraderecha, pero el FPÖ ya sabe lo que es acceder al poder gracias a los conservadores. Miedo, indignación e incertidumbre son las emociones por las que transita una parte de la ciudadanía austriaca ante la posibilidad de que asuma el poder la extrema derecha, que el 29 de septiembre ganó unas elecciones nacionales por primera vez después de la II Guerra Mundial. En Austria no hay cordón sanitario a los ultras del Partido de la Libertad (FPÖ), que ya gobiernan junto a los conservadores en cuatro