El presidente ruso, Vladímir Putin, se sumergió esta madrugada como uno más en las aguas gélidas de un lago, con motivo de la festividad del Bautismo de Cristo que los ortodoxos celebran cada 19 de enero. El portavoz del Kremlin explicó que este año las temperaturas registradas en la parte central de Rusia no son tan extremas como las habituales a estas alturas del invierno, y "no hacía más de unos 6-7 grados bajo cero" en la zona del baño.