Y es que algunas -y sólo algunas- de las cerca de 3.000 especies de termitas que existen pueden destruir todo objeto o estructura de madera que encuentren a su paso. Sin embargo, estos insectos, en su hábitat natural, cumplen una función crucial para mantener la salud y el equilibrio de los ecosistemas. Y, según un nuevo estudScience, los montículos que construyen en las zonas áridas ayudan a frenar el avance de la desertificación.