La marca alemana ha tomado, literalmente, el clásico Opel Manta y ha implementado en él un tren de potencia eléctrico en el que el protagonista del conjunto es un motor eléctrico de 108 kW de potencia (147 CV) que manda toda su fuerza al eje trasero a través de un cambio manual de cinco relaciones. Esto último es particularmente llamativo, pues no es habitual, ni siquiera en las iteraciones que más pasionales se quieren postular, que un coche eléctrico goce de un cambio manual. Opel ha respetado el característico capó de color negro que tenía cabida en modelo clásico, así como el frontal, que ha servido de inspiración para diseñar el frontal de los nuevos Crossland y Mokka, incluida la versión eléctrica Mokka-e.