Es lícita la esclavitud (Lv 25, 44-46; Ef 6, 5; Col 3, 22). Los padres pueden vender como esclavas a sus hijas ((Ex 21, 7). Se puede golpear a los esclavos (Ex 21, 20-21; Lc 12, 45-48). Las prisioneras de guerra pueden ser violadas o tomadas a la fuerza como esposas (Dt 21, 10-14). A los niños desobedientes hay que golpearles con varas (Pr 13, 24, 23, 13). Los hombres tienen todas las esposas y concubinas que quieren, porque en su caso, el adulterio sólo consiste en tener relaciones sexuales con una mujer casada (Lv 18, 20)...