Cuatro años le costó a Michael Lin darse cuenta de que estaba desperdiciando su vida y que había cometido un error. Ni si quiera la advertencia de su mentor en Netflix quien le aconsejó encontrar otro trabajo antes de irse, le sirvió a Lin para marcharse en cuanto pudo. Y es que este lo define de una forma muy filosófica: "tenía puestas unas esposas de oro". Este afirma que todo empezó a tornarse oscuro a los dos años. "Los proyectos y las reuniones se mezclaban, y se sentían como pequeñas variaciones de cada uno después de un tiempo", señala.
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