Es la pregunta en boca de (casi) todos: ¿Quién se atrevería a llamar al político más poderoso de Europa durante una reunión con Vladimir Putin? El teléfono de la canciller alemana, Angela Merkel, sonó durante las conversaciones con el presidente ruso el viernes en Moscú, con temas importantes como Afganistán y Nord Stream 2 en la agenda. Merkel no parecía muy complacida, sacó el teléfono de su bolsillo, echó una mirada desdeñosa y deslizó la pantalla para finalizar la llamada (o programar una fecha si en realidad era Tinder)
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