El Gobierno de Syriza quiere que los 10.000 clérigos ortodoxos dejen de ser funcionarios, entre otras medidas. Es un guiño a los votantes de izquierdas que la oposición tacha de "electoralista". A pesar de ir ocho puntos por detrás de los conservadores en las encuestas, Tsipras tiene algunos motivos para empezar a ver el viento de cara: el Parlamento acaba de aprobar la cancelación del recorte de pensiones que debía aplicar, y por otr lado, la sociedad griega parece estar metabolizándolo mejor el acuerdo sobre el nombre de Macedonia.
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