En el corazón de la Amazonía, donde la biodiversidad se entrelaza con la riqueza cultural, la ayahuasca, una bebida psicoactiva, ha sido durante siglos un pilar en las tradiciones espirituales y medicinales de numerosos pueblos indígenas. Sin embargo, en 1986, este brebaje sacramental se encontró en el centro de una disputa legal que resonó en los rincones más distantes del mundo, desatando un debate sobre la biopiratería, los derechos indígenas y la ética de la propiedad intelectual.