A lo largo de los últimos años, hemos visto cómo se ha ido desarrollando en nuestra prensa un estilo que amenaza con convertirse en canónico, si es que no lo ha hecho ya, y sobre el que tal vez resulte interesante hacer algunas observaciones. Me ha parecido oportuno acuñar el término prosa cipotuda para describirlo porque refleja bien dos de sus rasgos más sobresalientes: la virilidad y la rimbombancia. Para no dejar este análisis desprovisto de cierta precisión, querría comenzar haciendo un par de comentarios sobre el concepto de estilo.