La investigación basa sus resultados en un análisis de sangre realizado a 6.621 personas de más de 50 años que no habían sido diagnosticadas de cáncer ni tenían síntomas de la enfermedad. El 1,4% dieron señales de cáncer, unas señales que solo se confirmaron en el 38% con un test positivo posterior y de las 6.290 personas que no tenían cáncer, el 99,1% tuvo un resultado negativo en la prueba. Es decir, estaban libres de la enfermedad. Una desventaja de la prueba es que los falsos positivos, un 0,9%, pueden conducir a una serie de procedimientos