(...) ahora sí que el fragor político empieza a tomar importancia. Y ahora sí es cuando es hora de empezar a tomarse los sondeos en serio. Empecemos, entonces, mirando las encuestas. Ganar seis puntos en los sondeos en apenas un mes es, por supuesto, un cambio enorme, y más en un país tan polarizado como Estados Unidos, donde prácticamente nadie cambia su intención de voto. Complicando aún más las cosas, tenemos nuestro viejo amigo el colegio electoral, que hace poco menos que irrelevante esta clase de encuestas nacionales.