La crisis de liquidez que quebró Popular, al sufrir fuga de depósitos por importe de 18.552 millones en el primer semestre de 2016, saturó en las semanas previas a su resolución la flota de camiones de Prosegur, la compañía con la que habitualmente trabajaba el banco para transportar el dinero a las sucursales. Según ha podido saber El Independiente, Popular tuvo que recurrir a Loomis, otra empresa experta en gestión de efectivo y principar competidor de su proveedor, para poder hacer frente a la masiva retirada de efectivo en las oficinas