Hace poco que Cristina nos dejó en sequía durante dos semanas en las que nos privó de verla en sus excelentes disertaciones, la buscamos por aire, mar y tierra (como a la Adelita) y la ingrata no aparecía. Su pueblo la aclamaba, nosotros los argentinos (porque podré haber nacido en Guatemala pero la migración me hizo un ser sin fronteras, soy Patria Grande, soy África) que estamos regados por todo el mundo la extrañábamos. ¿En dónde está? Nos preguntábamos unos a otros en la agonía de las vísperas de la despedida que se acerca para diciembre