El temor a que la digestión del melocotón que me acabo de comer se me corte con Rajoy, Montoro o Soraya Sáenz hace que apague el aparato, pero ya para siempre. De hecho, hacía mucho tiempo que no lo encendía, pero hoy me ha devuelto a la realidad. O mejor dicho, me ha hecho viajar en una máquina del tiempo, retrocediendo a épocas que pensaba no volverían jamás.