Finalmente, los seis miembros del alto tribunal designados a propuesta del PP no se han atrevido este jueves a imponer lo que era un “golpe blando” a la democracia y han optado por aplazar su debate al lunes y permitir que el órgano que representa la soberanía popular, o sea el Parlamento, votara lo que considerase oportuno. La pregunta, o una de las preguntas pertinentes a esta hora del disparatado momento político, es: ¿no tiene nada que decir o hacer el jefe del Estado ante una crisis institucional de esta magnitud?