Usan wallapop para hacer una parodia real, de la falta de innovación en España: "Érase una vez un emprendedor que quería cambiar la forma de catalogar los libros mediante comentarios y sentimientos. Ni corto ni perezoso, dejo su trabajo y creó una empresa para hacer realidad dicho sueño y llevarlo a todas las escuelas. Para abordar los costes del desarrollo, habló con el "consejero del Reino" (altas esferas políticas) el cual le prometió un saco de monedas de oro y además hacer un piloto de 20 colegios y sus alumnos del reino..."