Allí ves la realidad: gente sin piernas, quemada, destrozada. Ves a padres empapados en sangre, después de que a sus hijos los saquen de las ruinas. A niñas de cuatro o cinco años, en coma y con metralla en la cabeza. Es una monstruosidad lo que estamos viendo. Porque la masacre está siendo televisada. En los años 40, después de la derrota del nazismo, cuando a los alemanes se les preguntó por qué no hicieron nada ante la barbarie y el holocausto, dijeron que no sabían, vieron ni escucharon nada. Parece imposible, pero nunca sabremos si eso es