Esta mujer afroamericana de 26 años, que trabajaba como paramédico, murió por los disparos de tres policías que entraron en su casa mientras dormía. La explicación oficial es que buscaban a dos sospechosos de traficar con drogas y que el novio de Taylor, Kenneth Walker, les disparó. Ahora, los abogados han denunciado una maniobra para ensuciar el nombre de la fallecida.
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