La capital quebrada de la industria norteamericana del coche intenta reinventarse pero tropieza con la segregación racial y la debilidad del sector público. El 30% de los edificios comerciales y de las viviendas están vacíos o abandonados. A pesar la desesperación, las encuestas dicen que la ciudad no morderá el anzuelo de Trump para “recuperar la grandeza de Estados Unidos”
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